Suya- Shayla Black.PDF
- Andres Orozco
- 19 feb 2017
- 2 Min. de lectura

—Sé que esto es difícil para ti y que, con el embarazo tan
avanzado, tu esposa se habrá cabreado por que estés aquí, así que voy a ir al grano. ¿Puedes ayudarme a desaparecer? Callie Ward se rodeó el cuerpo con los brazos para protegerse del impetuoso viento de noviembre que soplaba bajo las farolas del aparcamiento del hipermercado. Miró a Logan Edgington sin dejar de mover la punta del pie con nerviosismo. El antiguo SEAL no tenía motivo alguno para ayudarla, se había portado demasiado mal con él, pero era la única persona que conocía capaz de hacerla desaparecer, esta vez para siempre. Él cruzó los brazos sobre su ancho pecho y la observó como si hubiera perdido la razón. Ya había perdido todo lo demás, ¿por qué no eso también? —¿A desaparecer? —Lo vio mirar el reloj—. Es medianoche, Callie, así que sí, Tara no estaba muy emocionada cuando me llamaste. He abandonado mi cálido hogar por lo que tú llamaste un «asunto de vida o muerte», y ahora me dices que lo único que quieres es largarte de la ciudad. Me han dicho que ahora llevas un collar. De manera automática, Callie se levó los dedos a la garganta desnuda, echando de menos la familiar joya de oro blanco y su delicado candado. —Sí, pero… —Ya sabes cómo funciona esto. Pide ayuda a tu amo. —Es de él de quien quiero escapar. —Le temblaba la voz. Fue en el momento en el que Callie se dio cuenta de la magnitud de la traición de su amo cuando comenzó aquella frenética huida. Hasta entonces, todo había sido demasiado cómodo y complaciente. Casi feliz. Contuvo un sollozo, negándose a llorar. No iba a pensar en que se había enamorado de Sean Kirkpatrick, si es que ese era su nombre real. La expresión de amo cabreado que cubría el rostro de Logan se suavizó antes de que se inclinara hacia ella, dejándose llevar por su tendencia natural a la protección. —¿Te ha amenazado? ¿Te ha herido de alguna manera? No como él imaginaba. Pero ¿qué podía decirle sin descubrir toda su historia? «¡Mierda!». Lo que se había inventado en las tres horas de viaje desde Dallas a Shreveport no iba a resultar creíble. Logan era demasiado inteligente como para no darse cuenta de las lagunas que presentaría su relato. Además, un terror absoluto como el que ella sentía tenía una manera muy especial de afectar al pensamiento de una mujer. Iba a tener que confiar en Logan o no conseguiría nada. No era como si él la hubiera perseguido, así que no lo podría acusar de creerse su historia porque tuviera motivos...
Comments